jueves, 30 de diciembre de 2010

Cerámica en la escuela primaria

Durante varios años mi trabajo en el colegio Las Albarizas giró en torno a la cerámica. El principal reto de este colegio era normalizar la vida escolar en un barrio marcado por la marginalidad, y que se había trasladado también al ámbito escolar. El trabajo en el taller de cerámica interesaba a todos los niños y niñas, suponía una actividad en la que era fundamental aceptar normas de trabajo, de respeto y de organización. Para todos supuso un espacio de trabajo y de convivencia.


Siempre partiamos del máximo respeto al trabajo de los alumnos y alumnas, no importaba la belleza de la obra sino la creatividad. Generalmente los niños hacen lo que saben y aprenden mejor que nadie del trabajo realizado por compañeros. Como el espacio se utilizaba por todos los cursos de Primaria y todas las obras estaban a la vista, bien terminadas o bien en el proceso de elaboración, se podía aprender del trabajo de cualquier compañero.


También la usábamos diferentes técnicas: modelado, uso de moldes y decoración con engobes, esmaltes y esgrafiados.



También el uso de gres para cocciones en "alta" (1250º) permitía fundir el vidrio de botellas y obtener bonitos efectos decorativos.



La técnica de la "cuerda seca" es más apropiada para los mayores, y permite decorar losetas con colores vivos y brillantes.



La técnica más usada fue la decoración de losetas con lápices cerámicos y era la que permitía más espontaneidad en el trabajo, porque los niños y niñas se asomaban a este trabajo con la misma sencillez con la que lo podían hacer a un folio blanco y unos colores tradicionales.





El esgrafiado sobre piezas cubiertas con engobe y después bañadas con esmaltes de alfarero también permitía un alto grado de naturalidad en el dibujo.





Siempre la idea de la escuela como espacio de paz y de convivencia...














La reproducción de piezas arqueológicas o de fósiles permitía además incorporar materiales al trabajo curricular de la asignatura de Conocimiento del Medio.



















lunes, 27 de diciembre de 2010

Alcornocal de Elviria o de Las Lomas de Puertollano (Ojén)

El alcornocal de Las Lomas de Puertollano o de Elviria es seguramente uno de los mejores alcornocales de la Costa del Sol, tanto por su extensión como por los valores medioambientales que alberga. Se trata de un bosque-isla a caballo entre las sierras occidentales de la provincia de Málaga y la urbanizada costa. Aunque en sus márgenes sufre la presión urbanizadora o de los incendios, en su parte más profunda es un bosque en un excelente estado de conservación; tiene a los alcornoques como el elemento arbóreo dominante, pero también hay quejigos y toda la corte de arbustos acompañantes.

En este tosco mapa se aprecia su situación dentro del término municipal de Ojén, en una cuña que se alarga entre los municipios de Mijas y Marbella. La toponimia del lugar viene referida como "Umbría de Las Chapas" o "Los Quejigos", por ser la umbría de las lomas que miran hacia el Mediterráneo y que se conocían antiguamente como Las Chapas, término que ha decaido actualmente para ser sustituido por el de Elviria, una de las primeras urbanizaciones de la zona. La referencia para acercarse a conocerlo es la urbanización de La Mairena, junto al colegio Ecos.


En el mapa geológico de la zona apreciamos la variedad de suelos y rocas que podemos encontrar. El alcornocal se encuentra sobre suelos silíceos (pizarras, esquistos, gneises, etc) que en el mapa aparecen de color rojo. El río de Ojén o Fuengirola lo delimita por el norte; en el mapa podemos ver este curso de agua serpenteando entre los materiales rojos y los verdes.



Los materiales "verdes" del mapa corresponden a la sierra Alpujata, formada por las mismas rocas que la sierra Bermeja de Estepona, de ahí el tono rojizo. Se trata de unas rocas magmáticas que se encuentran a bastante profundidad en el manto de la Tierra y que pocas veces afloran a la corteza exterior, y nunca de la forma tan masiva como lo hace en la provincia de Málaga. Es una roca llamada peridotita y que además de los silicatos de magnesio y hierro, también tiene muchos metales pesados como el níquel. Pocas plantas soportan vivir en este suelo y los alcornoques tampoco.

En estas rocas hay numerosos endemismos, como la Staehelina baetica y también este raro helecho Notholaema marantae



En esta imagen se aprecia como el alcornocal se corta al entrar en contacto con estas rocas.



El río de Ojén, que luego pasa a formar parte del río Fuengirola al atravesar las rocas peridotíticas viene acompañado por una vegetación de rivera particular, en la que se encuentran adelfas, brezos (Erica terminalis) y el notable endemismo malagueño Galium viridiflorum.



En cambio cuando el río atraviesa las rocas paleozoicas (esquistos, pizarras, etc) va aconpañado por por sauces (Salix pedicellata).



Dentro del alcornocal, se encuentra un numeroso cortejo de plantas acompañantes, grandes madroños, mirtos, durillos y algún ejemplar de Quercus canariensis. Además de una interesante fauna ornitológica, como una pareja de águilas perdiceras que anida en la copa de un alcornoque.

Como es lógico suponer, la urbanización de estas lomas comenzó en la parte sur, en el término municipal de Marbella, como continuación de la ocupación litoral. En la parte alta se instalaron dos colegios y viviendas-mansión, a la que siguió una urbanización en la parte de Ojén. El ayuntamiento de esta localidad intentó desde finales de los años 90 aumentar la superficie urbanizable, llegando hasta el el centro mismo del alcornocal, la parte más valiosa. Las denuncias de AEDENAT (Ecologistas en Acción) primero y también SEO-Málaga después, junto a la suerte de contar con algún político sensibilizado hacia a la botánica frenaron el proyecto hasta la fecha.




Aunque ya numerosas mansiones se asentaron en la zona...