martes, 31 de agosto de 2010

Vegetación residual en Celadas (Teruel)

El municipio de Celadas ocupa en su mayor parte una hoya formada por la erosión sobre materiales sedimentarios terciarios, principalmente limolitas rojas y calizas continentales más recientes. Esta hondonada se encabalga entre las depresiones del Jiloca por el oeste y la de Alfambra por el este, por lo que el paisaje siempre ofrece un contraste entre las lomas y las muelas del municipio y las sierras turolenses que rodean esta depresión: sierras de Javalambre, Pobo y Albarracín. Prácticamente todo el territorio está dedicado a la agricultura de secano excepto el monte central de Santa Bárbara, donde se encuentra el bosquete adehesado de carrasca, sobre rocas calizas jurásicas. Podemos decir por tanto que se trata de una "paramera cerealista" como otras muchas que abundan en los paisajes aragoneses y castellanos.


A pesar de la monotonía paisajística y biogeográfica, se descubren algunos elementos botánicos aislados (residuales) que han sobrevivido a la roturación masiva que sufrió el término a lo largo de su historia y que nos informan de los bosques originales que poblaron estas tierras antes de la presión humana y posiblemente también en condiciones climáticas diferentes. Es el caso de unos viejísimos espinos blancos (Crataegus monogyna) que han sobrevivido en un ribazo en la zona de Carralascuevas; normalmente estos arbolillos forman parte de la orla espinosa que rodea casi todos los bosques ibéricos, por lo que podemos suponer que en una parte del término la vegetación dominante sería (sobre todo en épocas más húmedas) un bosque formado por quejigales o rebollares, como los ejemplares aislados que quedan en la umbría de la "Masada de Los Quicos" o los buenos ejemplares qie crecen en los barrancos del monte de Concud, acompañados además por arces, cerecillos y sabinas.


Aquí podemos ver sus características hojas lobuladas, aunque todavía no he podido observar su floración y fructificación.

En la cabecera del barranco de la Masada de los Quicos se encuentra el paraje que mayor contraste ofrece con el paisaje dominante; se trata de la fuente de Los Bartolos y Del Abuelo, en el que hay unas choperas que proporcionan un ambiente umbroso y húmedo.

En medio de los chopos plantados encontramos restos residuales de la vegetación de rivera original, como este grupo de álamos canos (Populus alba).

Tambien hay dos tipos de "sargas" o sauces, el de hojas estrechas (Salix eleagnus-angustifolia) y el de hojas anchas (Salix atrocinera) junto a la Fuente del Abuelo. Tanto los álamos blancos y estos sauces nos hablan de una vegetación anterior bien desarrollada junto a cursos de agua más abundantes.

Otro paraje muy particular del término municipal es el altiplano que se da en las zonas conocidas como "Villallano", "La Losilla" y "Las Aceras". Se trata de la superficie inicial sobre la que comenzó la erosión de finales del Terciario; está formada por calizas depositadas en humedales lacustres a partir del periodo conocido como Turoliense, y que en muchas partes ofrecen un claro contraste con los sedimentos rojos sobre los que se depositaron.

En algunas vaguadas protegidas encontramos grupos de añosas arleras o agracejos (Berberis vulgaris) de un tamaño descomunal. Al igual que los espinos albares forma parte de la orla espinosa, pero prefiere las zonas aclaradas y sobre suelos calizos y pobres.

Tiene hoja caduca y unas fuertes espinas.

Los frutos son de un color vinoso y según Ginés López González en "Los árboles y arbustos de la Península Ibérica y Baleares" se utilizaban como jarabe para las calenturas malignas.

Esta otra planta, Gypsophila hispanica, muestra predilección por los suelos con yeso, por lo que se suele considerar como un bioindicador. Es muy abundante en las proximidades de Teruel y en el valle del Alfambra, penetrando hacia el municipio de Celadas desde el monte de Concud (se ve en el borde de la carretera) y en Villallano.

No es la planta anterior la única que crece sobre suelos con yeso, pero no he visto todavía el resto de la serie, como el arnacho (Ononis tridentata). Pero sí se puede ver por la misma zona esta curiosa plantita hemiparásita: Odontites longiflora.






Este arbolito está situado junto a los olmos, y resulta ser un "azarollo" (Sorbus domestica), no es el único dentro del municipio. Las frutas tienen un sabor áspero, quizás de ahí venga  la expresión "eres un azarollo".



Una sabina albar, es la única que he visto dentro del término aunque hay un buen ejemplar en la loma de "La Losilla", dentro del término municipal de Villalba, por lo que suponía que debía haber algún ejemplar residual. Además se ve alguna vez la compañera de asociación "Artemisia assoana". Su distribución estará en torno a las muelas como "La Losilla", "Villallano" y "Las Aceras".



El término municipal de Celadas linda por el Este con Alfambra, en cuyas inmediaciones aparecen estos cerros de calizas con yeso, y cerca ya de la localidad, entre los pajares y en los caminos próximos aparece esta planta de aspecto pobre pero muy interesante por su historia:


Se trata de Krascheninikoiva ceratoides, una planta que solamente tiene poblaciones en la Península Ibérica en el valle del Alfambra y en terrenos de composición química similar en Los Monegros. En Europa también podemos ver alguna población en la zona del Caúcaso y Los Balcanes, para reaparecer de forma generalizada en las estepas irano-iraquíes y en toda Siberia hasta el mar del Japón. ¿Cómo pudo llegar esta planta aquí hasta las estepas aragonesas? durante algún tiempo se pensó que pudo ser de forma casual, pero cuando se descubrieron insectos asociados a ella iguales a los que viven en las estepas asiáticas, se consideró que pudo llegar en los periodos más secos y esteparios de las últimas glaciaciones, quedándose después aquí por tratarse de unas condiciones climáticas parecidas a las que se dan en dichas estepas.


Pertenece a la familia de la quenopodiáceas, una familia que gusta de suelos con presencia de sales. Aunque no he visto esta planta en los estrictos límites del municipio de Celadas, no descarto encontrar alguna población residual (aunque toda la presencia de esta planta en nuestro pais se puede considerar residual) en alguna vaguada cercana al valle del Alfambra por tratarse de suelos y condiciones climáticas muy parecidas, aunque también parece presentar preferencias subnitrófilas.




















viernes, 20 de agosto de 2010

Naturaleza en Albarracín (Teruel)

Albarracín es uno de los pueblos más bonitos de España, dicen muchas guías turísticas. Desde principios del siglo pasado fue visitado y admirado por intelectuales, de él dijo Azorín: "lanza a las alturas su increible perfil alucinado". Y es que esta ciudad, que no pueblo, se asienta desde tiempos inmemoriales en una roca rodeada por un meandro del río Guadalaviar y con una ambiciosa muralla que lo protege por la parte dónde el río no es defensa natural.


Albarracín da nombre también a una sierra en la que hay 22 pueblos y que entre todos no suman más de 2.000 habitantes. Durante muchos siglos fue una comunidad regida por sus propios fueros y con una economía basada en la explotación forestal y ganadera de sus montes.



Es una ciudad de aires medievales, muy bien conservada, con muchas iglesias, plazas, miradores y jardines que se asoman al río. Todas sus casas están revestidas de una particular argamasa de color rosado igual que la Alhambra de Granada o Marrakesh. Aunque hay famosas pinturas rupestres en los alrededores y se conocen asentamientos íberos, romanos y visigodos, la fundación en su actual emplazamiento se debe a tribus bereberes del Norte de Africa, los Banu Razim.




Rodenas es otro pueblo de la sierra con un característico color rosado, pero que en este caso se debe al uso de una piedra arenisca que abunda en los alrededores. El principios de verano es una excelente ocasión para el estudio de la flora y fauna de estas montañas; además, desde hace unos años se ha creado en Nogueras, otro pueblo de la Sierra, la Fundación Oroibérico para promover el conocimiento de la riqueza medioambiental. Veamos algunos ejemplos:



Saltamontes.





Mariposa




Oruga alimentándose en una planta.




Escarabajos de curioso color metálico.




Fósil de una esponja marina correspondiente a la Era Secundaria





Recorriendo el río Guadalaviar que circunda la ciudad se encuentran especies vegetales muy interesantes.






Madreselva y a continuación sus frutos unos meses después:








Chelidonium majus, una curiosa planta de la familia de las amapolas.







Saponaria ocymoides







Epilobium hirsutum






Lysimachia vulgaris

















martes, 10 de agosto de 2010

Bosque de Gamueta, Zuriza, Pirineo aragonés

Se trata de un bosque mixto de hayas y abetos. Se dice que al haya le gusta tener la cabeza mojada y los pies secos, por lo que elige las laderas de las montañas para poder captar la humedad de la niebla y deja los bordes de los arroyos para los abetos (más oscuros).
El itinerario que seguimos está perfectamente señalizado con marcas y postes, además hay un puente para atravesar el arroyo y paneles informativos como éste al principio y final.

Dicen los que han tenido la suerte de verlo, que en otoño, el contraste entre el colorido de la hoja caduca del haya y el verde intenso de los abetos es espectacular.


El interior del bosque es bastante oscuro porque las hojas del haya se disponen de forma horizontal en las ramas para captar toda la luz posible y por tanto dejan pasar muy poca al interior.



Por este motivo, crecen muy pocos arbustos en el interior y las hierbas que viven en el suelo son en su mayoría plantas bulbosas que crecen y florecen en la primavera antes de que le salgan las hojas a los árboles. Abundan los musgos, líquenes y helechos entre las rocas próximas al río.



Los arroyos bajan muy crecidos porque ha sido una primavera muy lluviosa y con nevadas tardías. En lo que llevamos de verano abundan las tormentas nocturnas.



En la parte alta del bosque se accede a los pastos subalpinos.





Al fondo se ve el pico Maz o Txamantxoia y como los bosque van desapareciendo cerca de la cumbre (1.900 metros), el pino negro (Pinus uncinata) es el que más alto llega superando las dificultades del frío, viento, nieve y falta de suelo.
En la cara opuesta está la reserva de Aztaparreta, considerada como uno de los pocos hayedos vírgenes de la Península.



Casi al final del sendero hay que atravesar la cresta rocosa por el "Paso del Caballo"





Llegando a la pradera de Linza, donde cogemos la pista que lleva hasta el refugio para volver.





Por el sur, las crestas de Los Alanos cierran el valle de Zuriza.






No se pueden ver ya las flores del bosque porque como hemos dicho, florecen a principios de primavera, pero todavía vemos esta saxífraga muy común en el Pirineo (Saxifraga aizoides).





Y los abundantes lirios.













sábado, 7 de agosto de 2010

Valle del Roncal (Pirineo navarro)

Es el valle navarro más occidental de los Pirineos, lindando con el sector aragonés. Como todo el pirineo navarro está cubierto de frondosos bosques y los pueblos parecen brotar dentro de éstos. Uztárroz es uno de los 7 pueblos que conforman el valle y uno de los más bonitos, con muchas casas solariegas de más de 200 años.
En esta villa se rodó la película "Obaba" de Montxo Armendáriz.

La belleza y riqueza natural no preserva a estas tierras de la despoblación: en todo el valle no hay más de 2.000 habitantes...


Y eso que la población de estos valles viene de antiguo como lo prueban los numerosos dólmenes que hay, como el de Arrako, junto a una ermita del mismo nombre y lugar de romería en verano.


La parte alta o cabecera del valle se conoce como Belagua, y posee algunos bosques excepcionales.




Es un valle de fondo plano, lo que indica que es un valle de origen glacial, y que una lengua de hielo se deslizaba por aquí en la última glaciación, hace aproximadamente unos 17.000 años.
Actualmente es una valle agrícola y sorprende ver todavía las faenas agrícolas de la montaña; sin apostar por un turismo masivo que convierte a otros valles pirenaicos en urbanizaciones.



En el piso montano los bosques de hayas son los dominantes, aunque es difícil verlos puros, porque se mezclan con pinos silvestres y abetos.



Las hayas solitarias suelen tener un porte excepcional y en las más viejas las ramas bajas se alargan muy cerca del suelo con lo que es fácil "sentarse" un ratito en ellas.




Más arriba, cuando las condiciones se hacen más duras, aparece el pino negro (Pinus uncinata), el árbol que llega más alto en las montañas, donde los suelos rocosos, las nevadas y el fuerte viento hacen difícil la vida de plantas grandes. La parte más alta del valle Belagua accede al macizo de Larra, en la frontera con Francia, una montaña caliza llena de karsts y de grutas.





Entre los roquedos se empiezan a ver plantas alpinas y de alta montaña como la amapola amarilla (Mecanopsis cambrica).




O esta bonita potentilla, una planta de la familia de las rosáceas.




Y como en todos los bosques húmedos la salamandra.




Y curiosos helechos como éste del género Polystichum.