lunes, 16 de marzo de 2020

Capileira, Alpujarra granadina

Aunque habíamos visitado la Alpujarra granadina en otras ocasiones, mayo prometía ser un buen mes.



 La particular arquitectura de estos pueblos siempre me ha impresionado, con sus casas sin tejado, de azoteas de lajas, y las chimeneas cónicas.


 Estos días, la niebla que sube por el barranco del Poqueira deja ver ocasionalmente todo el valle y las cumbres de Sierra Nevada.



Bajar andando hasta Bubión, el pueblo intermedio es un bonito paseo. Desde de su plaza se ve Pampaneira, al comienzo del barranco. Nombres que evocan una lengua gallega.



Desde las calles de Capileira se ve la ladera opuesta del barranco con un aire alpino. Estos pueblos tan andaluces, tan escondidos y a la vez tan de alta montaña, tienen un cierto aire que me evoca el Nepal que no conozco.



Al segundo día, el tiempo se despeja un poco y decidimos subir hasta la central hidroeléctrica de La Cebadilla. El camino empieza en la parte alta del pueblo,va ascendiendo entre cortijillos de muros de pizarra y eras circulares.




En poco tiempo aparece el caserío de La Cebadilla y todo el barranco del Poqueira hasta la zona del refugio montañero, en los contrafuertes del Mulhacén. 


La Cebadilla era un poblado con escuela e iglesia.





Ahora bajamos  por la otra ladera del barranco, entre antiguos campos de cultivo que cada vez se ven más abandonados. 


 Un bonito arbusto, Adenocarpus decorticans, está en plena floración.


Entre las rocas aparece la Saxifraga carpetana.



 El roble (Quercus pyrenaica) está despuntando sus hojas con un intenso rojo.


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